Los guisantes son una legumbre que se puede sembrar en primavera o en otoño, dependiendo del clima y las condiciones de crecimiento. A continuación, se describen algunos trabajos de siembra de guisantes:
- Preparar el suelo: Los guisantes crecen mejor en suelos bien drenados y fértiles. Antes de sembrar, es importante preparar el suelo, eliminando las malas hierbas y trabajando la tierra para que esté suelta y aireada.
- Elegir la variedad: Existen muchas variedades de guisantes, y es importante elegir la que se adapte mejor a las condiciones de cultivo. Algunas variedades son más resistentes a enfermedades, mientras que otras son más productivas.
- Siembra: La siembra se puede hacer directamente en el suelo o en macetas. En el caso de la siembra directa, se puede hacer un surco en el suelo y sembrar las semillas a una profundidad de 2-3 centímetros. Las semillas deben estar separadas unos 5-10 centímetros entre sí.
- Riego: Los guisantes necesitan agua para germinar y crecer, por lo que es importante mantener el suelo húmedo, pero no encharcado. Es recomendable regar con regularidad y evitar el exceso de agua.
- Cuidados: Una vez que las plantas hayan germinado, es importante mantener el suelo libre de malas hierbas y asegurarse de que las plantas estén bien alimentadas. Los guisantes son una legumbre que puede enriquecer el suelo con nitrógeno, por lo que no es necesario añadir fertilizantes. Sin embargo, se pueden aplicar abonos orgánicos para estimular el crecimiento y la producción.
- Cosecha: Los guisantes están listos para ser cosechados cuando las vainas estén llenas y las semillas estén tiernas. Es recomendable recolectarlos con regularidad para fomentar la producción y evitar que se echen a perder en la planta.